viernes, 2 de agosto de 2013

Multiplicadores






Cualquier ciudadano dotado de conocimientos básicos y sentido común puede contribuir a evitar que personas de su entorno y comunidad puedan caer en las garras de la trata, al inculcar en chicos y jóvenes la importancia del estudio, trabajo y esfuerzo para lograr lo que se quiere de la vida, que lo fácil y demasiado bueno es sólo una tentación para sucumbir en un mundo oscuro de abuso y explotación del cual es difícil salir.
Por ello, podemos convertirnos en una  especie de conciencia colectiva que sirva de escudo para  evitar que nuestro futuro incurra en prácticas esclavizantes e inhumanas que coartan toda posibilidad de desarrollo personal.
En tal sentido, la ciudadanía puede cooperar con el Estado en el combate a la trata de personas, siendo un bastión moral que vele por la protección de sus integrantes, siendo menos complicada para tal ente el reto de dicha lucha.

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